jueves, 25 de febrero de 2010

el agua, nuestra gran aliada

aunque todas las aguas se parezcan, no son iguales.
El mundo de las aguas es interesantisimo, sobre todo, si tenemos en cuenta la diversidad de factores que influyen en las propiedades de cada una de ellas.

Yo me inicié en su exploración , por razones de índole profesional (por aquel entonces era inspectora de seguridad alimentaria) de eso hace ya cierto tiempo . Entonces aún no existian las cartas de aguas, ni las catas ni nada por el estilo, pero me di cuenta enseguida,de que eso llegaria,y no como una moda, si no para quedarse. Porque era un        mundo tan  diverso, tan inexplorado , tan rico y tan interes para la salud que no podria pasar más tiempo desapercibido.
Hoy en dia, el mercado pone a nuestra disposición una gran gama de aguas embotelladas, por eso, a veces, nos cuesta elegir, y simplemente escogemos las que por sus características organolépticas nos parecen mejor. Eso está bien, pero conocer las cualidades de cada tipo de agua te ayudará a seleccionar mejor la que tu cuerpo requiera.

Para empezar debemos distinguir entre “agua de manatial” y “agua mineral natural”

Las aguas de manantial: los manantiales, son fuentes que salen de forma natural a la superficie, aunque también puede sacarse del subsuelo. Sus aguas deben presentar ciertos niveles de pureza que la hagan aptas para el consumo y se las suele enriquecer utilizando aditivos.

Las aguas minerales naturales: son aguas exclusivas de depósitos subterráneos, libres de toda contaminación. Podríamos decir que es bacteriológicamente sana, pues se la envasa en el lugar de donde se extrae. Los minerales y oligoelementos que posee son naturales, no se le agrega ni quita nada.

Tipos de agua mineral:

Hiposódicas diuréticas: menos de 20 mg/l de sodio. Ideales para los que requieren una dieta baja en sodio, sea por hipertensión arterial, problemas cardiacos, litiasis, afecciones renales o alteraciones asociadas a retención de líquidos.

De débil mineralización: el total de calcio es inferior a 150 mg/l y el de magnesio menor a 50 mg/l. Ideal para usarse en alimentos infantiles y para personas con problemas de riñón.

De mineralización fuerte: aquella con residuo seco superior a 1500 mg/l

Bicarbonatadas: aporta un nivel superior a 600 mg/l de bicarbonatos. Neutralizan la secreción gástrica y estimulan la digestión. También se las recomienda para tratar problemas de metabolismo, sobre todo en casos en que se quemen pocas grasas o en los que hay vesículas o hígados poco activos.

Fluoradas: con más de 1 mg/l de fluoruros.

Sulfatadas: son las que poseen más de 200 mg/l de sulfatos. De sabor amargo, tienen una importante acción sobre la piel y el aparato digestivo. Se caracterizan por su acción purgante.

Cálcicas: las de más de 150 mg/l de calcio.

Carbónicas: agua con gas. Gas carbónico libre, para ser más exactos. Una de las ventajas de su consumo es su capacidad para estimular los ácidos del aparato digestivo.

Magnésicas: con más de 50 mg/l de magnesio.

Ferruginosas: más de 1 mg/l de hierro. Sugeridas para ayudar en casos de anemia, también se las recomienda contra el reumatismo y la obesidad.

Sódicas: contienen más de 200 mg/l de sodio.

A la hora de elegir un tipo de agua fuertemente mineralizado, siempre es recomendable consultar a un experto, pues así como sus propiedades pueden beneficiarte, también podrían ser contraindicadas para tu organismo; niveles elevados de sodio podrían repercutir en tu tensión arterial, por ejemplo.

Lee, infórmate disfruta del agua y...sobre todo... 

BE WATER...