Las miradas tristes,
en su profundidad...
El sueño, en la vigilia,
del que quiere y no quiere dormir
Risas sin reir,
lagrimas que se ahogan, sin llorar
Las horas que pasan, sin terminar de pasar
El dolor, que, de tan profundo, anastesia el alma, aturde los sentidos, enmudece el verbo...
y tu, en tu dulzura nos preguntas ¿soy yo, o todos estamos así?
mi amadisima K, vuestra unión nos une, tu dolor nos duele hasta crujirnos las entrañas, y su ausencia, nos ausenta, de nuestra cotidiana realidad de tal manera que flotamos entre calmas y turbulencias, entre la rabia y la impotencia...
pero luego, más allá... por encima de todo...está...
pero luego, más allá... por encima de todo...está...
la luz de la K, la que os une, la luz de la K, la que nos guia...